lunes, 3 de septiembre de 2012

Una vida dedicada a la feria

Gran parte del éxito de la Expocruz, depende del capital humano con el que cuenta esta empresa. Existen personas que han dedicado más de la mitad de su vida a este emprendimiento.

El dueño de las llaves. Rómer Melgar trabaja en Fexpocruz desde 1987. El primer trabajo lo realizó administrando los sanitarios que existen en la Feria. "Primero trabajé 14 días, pero luego de una semana tuve un contrato laboral", explicó.

Ahora Melgar tiene una responsabilidad mayor, es la única persona que tiene las llaves de ingreso a la feria a los stands, a los baños y a toda puerta de ingreso o salida que existe en el campo ferial. "Manejo como mil llaves", explicó.

El trabajo que ejerce, es muy importante y a la vez requiere de mucha responsabilidad. En la época de Expocruz, una jornada de trabajo puede llegar a ser de hasta 20 horas. "Soy el último en irme y el primero en llegar al día siguiente para entregar las llaves a los pabelloneros", señaló.

Diferentes facetas. Sentada en su escritorio, Teresiña Suárez ejerce como secretaria de gerencia. Su trabajo en Fexpocruz se inició en 1990, como trabajadora eventual; sin embargo, desde hace 13 años es trabajadora de planta.

Suárez ha conocido esta institución en diferentes etapas. "Mi relación con la Feria se inició desde muy joven, cuando fui azafata, después como visitante y ahora estoy orgullosa de formar parte de esta institución", explicó.

En sus años trabajando en Suárez, al igual que sus colegas, se desarrollo un sentimiento especial hacia la Feria.

En los años que lleva trabajando Suárez se desarrolló un sentimiento muy especial hacia la empresa en la que trabaja. "Nuestros hijos se criaron en esta feria. La han visto crecer y ellos la sienten como suya", destacó.

Trabajo en la infraestructura. Ricardo Rojas, dedicó 25 de sus 50 años a su trabajo en la Fexpocruz. Se inició como proveedor de materiales para las obras que se realizan en la feria. Ahora es jefe de campo y realiza el mantenimiento a la infraestructura ferial. "Este trabajo me ha permitido sacar adelante a mi familia. Tengo tres hijos", destacó.

Eduardo Galleguillos, también se siente orgulloso de formar parte de la Feria. "Cuando me contrataron tenía una hija en camino. Hoy ya es Bioquímica, tengo un hijo que estudia Ingeniería y otro que aún está en colegio", manifestó.

El primer trabajo que encargaron a Galleguillos fue la limpieza de matorrales de un terreno. "Agarré mi hoza y machete y terminé en un día, lo que me habían dado plazo para dos", explicó.

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